El candidato del Bismarkcito
La música de ambiente levantaba vuelo. Los meseros desfilaban las albóndigas de camarón en caldo de tomate y las almejas chocolatas desviaban permanentemente mi atención.
La intensidad de sus mensajes en Instagram me despertó muy temprano. Casi siempre paso de incógnito por la ciudad, pero en esta ocasión se enteró de mi visita por un video. Me mandó la foto de “La era Microglobal 2.0”; mi último libro publicado tomado en sus manos como testimonio de su lectura. Me pidió la firma, accedí. Fue un acto mínimo de cortesía.
Me mandó una foto de almejas con queso fundido y arroz rojo por Instagram con el libro, en señal que ya estaba en el lugar el joven de nombre Josa. Me dio mucha hambre; llegué a las dos de la tarde, un poco más tarde de como habíamos convenido. Se quitó el cubrebocas y lo reconocí a lo lejos. Le firmé el libro, conversamos unos momentos mientras me entregaban mi mesa y nos tomamos una fotografía. Me despedí agradecido.
Me dirigí a una mesa de la esquina de la banqueta. Apenas estaba acomodando mi silla cuando noté que alguien con velocidad se me aproximaba de lado. Guardé calma...
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